Fundación José Vasconcelos I.A.P.

Poesías de Giovanni Riva

ASÍ LO ESPERO

La noche del 22 de junio de 2012 estaba yo en el Banff Centre, participando en la residencia del Centro Internacional de Traducción Literaria con la novela Campo de batalla de Francisco Prieto; esa noche, en el writters lounge se realizaba una velada de lectura. Aproveché para leer las poesías de Giovanni Riva; no podía ser más oportuna la ocasión: en el pequeño estudio estaban presentes Eliot Weinberger, traductor de Paz; el poeta chino-americano Jeffrey Yang, Katherine Silver, traductora de Daniel Sada; Roberto Frías, traductor de Thomas Hardy; Hugh Hazelton poeta y traductor; ante ese auditorio quería dar a conocer las poesías de Giovanni, por cuya indicación me encontraba yo ahí, al tiempo que podía recibir correcciones sobre esas versiones.

Recuerdo todavía el salón a media luz donde leí esa poesía límpida, discreta, esencial.

Ya en esa ocasión me preguntaron si estaban publicadas, si se podía conseguir el libro: hoy finalmente puedo responder afirmativamente.

La publicación de las poesías de Giovanni Riva al español creo que por muchos motivos es un aire fresco. Por su tono, su economía de expresión, habitada por un mundo interior donde con pocas cosas (una silla de mimbre, el periódico de la mañana, las mesas de un bar) se advierte el misterio que anima la realidad contingente. Con poco, lo necesario, dice lo esencial.

Este mundo concreto, de cosas y personas que, como el Abrahán del Génesis, se definen no por sus rasgos sino por sus actos, es un mundo que despierta la nostalgia de otro mundo, “de un reino/ diferente del resto”; ese reino que como la corriente libre del aire a las faldas de los Apeninos le enfría a uno el rostro, despertando el sentido de la existencia, de su tiempo y su límite.

Pero si la existencia es deseo de partir del límite hacia lo eterno, lo que conocemos por ahora es sólo lo perecedero, lo contingente, nuestra persona y nuestras relaciones, la convivencia mediada por la mezquindad como en “ya no querrán conocerte”: el balance de los demás, a veces lapidario, lacónico en el olvido y la indiferencia; y la vida interna que mira con asombro y dulzura como en “soy tan extraño”: la rendición de cuentas personal, íntima, el encuentro final entre el yo y el misterio que soy.

Cuando otro día 22, pero ahora de abril, los alumnos del Instituto Científico Técnico y Educativo recitaron las poesías de Giovanni Riva que ahora se publican, se confirmó la afirmación de que los jóvenes siguen siendo los mejores críticos literarios, por su búsqueda de lo concreto en las palabras. De aquella ocasión recuerdo, además de la emoción de los muchachos que leían por primera vez en voz alta ante un público, las palabras con que expresaban lo que esas poesías habían sembrado en ellos: el anhelo de un momento, un espacio, para recobrar el sentido de uno mismo, el deseo de ir más allá de lo que la apariencia de este mundo nos muestra: sin duda, dejaron una honda huella, como las mismas poesías.

Auguro que esta publicación provoque, como lo fue en su momento (1968-1977) o como aquellas recientes veladas, en las nuevas generaciones el deseo espacios y momentos donde lo esencial y su nostalgia llama con fuerza desde el fondo de uno mismo, lejos de los afanes de todo tipo y todo tome “sentido –dócil/ como el pan desmoronándose/ entre los dedos-“. Así lo espero.

Consigue un ejemplar de Poesías en nuestras oficinas, precio $120.00

Fundación José Vasconcelos I.A.P.